A la de TRES

Entrevista a Juan Carlos Unzué

Soñar con cosas grandes, con llenar estadios de miles de personas que aplauden cada una de tus victorias. Soñar con jugar en el equipo de tus ídolos, compartir banquillo con ellos, enseñar a futuras estrellas. Soñar con ser un futbolista profesional, una escritora ganadora del premio planeta, un cantante de éxito, un médico reputado… Soñar cosas grandes, y que se cumplan.  Pero… ¿Qué puede venir después de ese sueño?

Al fin y al cabo, todos hemos tenido en algún momento ese sueño que no te quitas de la cabeza y que tantas noches nos ha acompañado, pero ahí se quedan, en simples sueños. Pues puestos a soñar, imagínate que los llegaras a conseguir, ¿Qué pasaría después? ¿Alguna vez te has preguntado que puedo ocurrir después de ese sueño?

Juan Carlos Unzué cumplió ese sueño, y desde luego, con muchos más logros de los que había soñado conseguir desde aquel pueblo de Navarra que le vio crecer y coger su primera pelota. Pero todo puede suceder, puede ocurrir que después de haber cumplido aquellos sueños te diagnostiquen de un día para otro esclerosis lateral amiotrófica, más conocida como ELA o enfermedad de Lou Gehrig, debido a un famoso jugador de Beisbol que también sufrió esta pérdida del control muscular.  Nuevo párrafo

Una enfermedad completamente aleatoria, que padecen más de 4000 personas en nuestro país y para la cual no existe tratamiento. 

Esto es lo que le ocurrió a Juan Carlos, un referente para el fútbol español, que sin entrar en sus planes consiguió convertirse también en un referente para todo el mundo. 

Convivir con el error, buscar el equilibrio entre las penas y las alegrías, no perder jamás la valentía, aceptar la historia que la vida escribe para cada uno de nosotros y darle la vuelta a aquello que no podemos controlar. 

Entender que la vida no es un camino de rosas, que el sufrimiento existe y no por ello no debemos de seguir viviendo, si no, todo lo contrario, ¡que la vida vale la pena! que el sufrimiento nos ayuda a sacar lo mejor de nosotros, y no te lo digo yo, te lo dicen los pacientes de ELA, aquellos que realmente conocen de cerca el sufrimiento. 

Juan Carlos se ha convertido en este referente para todos nosotros de plantar cara a ese sufrimiento y seguir luchando hasta el último suspiro. Puede ser que él no hiciera nada para merecer esa enfermedad, de hecho, estoy seguro de ello, sin embargo, la sufre, y no por ello se ha rendido. 

Reafirmo y continúo, la vida merece la pena, y debemos de tratar a los demás con el mismo respeto, amor y cariño que nos gusta que nos traten a nosotros, porque… quién sabe, quizás seas tú quien cumpla ese sueño el día de mañana, y cómo hemos visto, nadie sabe lo que puede ocurrir después. 

Del sufrimiento no se libra nadie, pero el amor si que puede ser opcional.